Revista Oficial de AVEPA

Clínica Veterinaria de Pequeños Animales - Volumen 44 / Nº 3 / Septiembre 2024

¿Cuál es tu Diagnóstico?

V. Silva-Utrera, D. Marqués-García, G. Godoy Espinoza, E. López-Medina, A. Costas-Pereiro

Contacto: silvautreravanesa@gmail.com

Historia clínica

Se refiere una perra mestiza no esterilizada de 15 años de edad y 5 kg de peso, con tumefacción bilateral de la región perineal, de desarrollo progresivo en 72 h. El animal presentaba tenesmo y disuria. Los tutores refieren no tener constancia de descarga vulvar sanguinolenta visible durante el proestro/estro, no pudiendo determinar la fecha del último ciclo estral. La exploración física mostró una protuberancia perineal de consistencia depresible y dolorosa, así como un efecto masa en el abdomen a la palpación. La analítica sanguínea reveló leucocitosis 26 k/µl (5,05-16,76 k/µl), neutrofilia 23,33 k/µl (2,95-11,64 k/µl), monocitosis 1,32 k/µl (0,16-1,12 k/µl); fosfatasa alcalina elevada 424 U/l (10-125 U/l) y GGT elevada 13 U/l (0-11 U/l). Se realizaron radiografías de la cavidad abdominal (Fig. 1).

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Figura 1

Radiografías de la cavidad abdominal de una perra mestiza de 15 años de edad. (A) Radiografía lateral derecha. (B) Radiografía ventrodorsal.

Describe las anormalidades radiológicas observadas

En las proyecciones lateral derecha (Fig. 2A) y ventrodorsal (Fig. 2B) se identifica en el abdomen medio y caudal una estructura de opacidad tejido blando, de morfología ovalada y márgenes redondeados, que se extiende desde el nivel de L1 hasta caudal al canal pélvico, desplazando a la vejiga de la orina craneoventralmente, al intestino delgado hacia craneal y al colon descendente y recto dorsalmente, causando una compresión marcada de estos últimos. La región perineal mostraba un aumento del espesor de los tejidos blandos. El parénquima hepático presentaba un leve aumento de su tamaño, excediendo el arco costal, con bordes lisos y afilados. A nivel de la vesícula biliar se observa una estructura radiopaca compatible con un colelito biliar, así como múltiples renolitos bilaterales.

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Figura 2

Mismas radiografías que la Figura 1. Nótese en el abdomen medio y caudal una masa opacidad tejido blando de morfología ovalada y márgenes redondeados (flechas negras). La masa genera un desplazamiento craneoventral de la vejiga de la orina (flechas blancas) y comprime al colon descendente y al recto dorsalmente (flechas rojas). Aumento del espesor de los tejidos blandos en la región perineal (flechas verdes). Además, se observanmúltiples renolitos bilaterales (flechas amarillas) y un colelito biliar (flecha azul).

¿Cuáles son los diagnósticos diferenciales con estos signos radiográficos?

La imagen radiográfica es compatible con una masa en abdomen medio y caudal con extensión hacia el canal pélvico y región perineal. Los diagnósticos diferenciales incluyen una patología de vagina/útero (neoplasia, granuloma o piometra). Una masa a partir del recto no puede ser descartada (neoplasia, absceso, granuloma), siendo otros orígenes menos probables.

¿Qué otras técnicas de imagen realizarías para alcanzar un diagnóstico definitivo?

En este caso se realizó una ecografía abdominal (Fig. 3), en la que se observó una lesión cavitaria, rellena de fluido ecogénico, de dimensiones aproximadas 40 × 30 mm, caudodorsal a la vejiga de la orina, que se extendía hacia el canal pélvico y la región perineal. La lesión presentaba en su interior una estructura de paredes gruesas y heterogéneas. Además, se observó una hiperplasia quística endometrial asociada a piometra vs. mucometra vs. hidrometra, quistes ováricos bilaterales, nódulos hepáticos compatibles con hiperplasia nodular vs. neoplasia benigna vs. maligna, un colelito biliar no obstructivo y múltiples renolitos bilaterales.

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Figura 3

Ecografía abdominal en plano sagital. (AB) Masa rellena de fluido ecogénico, dorsal a la vejiga de la orina y que se extiende hacia el canal pélvico y región perineal (flechas rojas). (B) La masa presenta paredes gruesas y heterogéneas (flechas blancas). (C) Masa rellena de fluido en la región perineal (flechas verdes).

Para una mayor caracterización de la masa se realizó una tomografía computarizada (TC) (Fig. 4). En el estudio se observó, desde el vestíbulo vaginal, la vagina marcadamente distendida, con una estructura con contenido hipoatenuante (atenuación hasta 13 UH) y un halo externo asimétrico e hiperatenuante que no captaba contraste intravenoso. Esta estructura mostraba una pared craneal de 40 mm de espesor, que ocupaba todo el diámetro vaginal y presentaba una convexidad hacia craneal. Craneal a esta lesión, la vagina continuaba distendida con contenido hipoatenuante hasta el nivel del cuello uterino. La masa se extendía hacia la región perineal de manera bilateral con unas dimensiones aproximadas de 6 cm de altura x 7,6 cm de anchura x 22 cm de longitud. Estos cambios en la vagina provocaban un desplazamiento y una compresión marcada del colon descendente y del recto hacia dorsal y de la vejiga de la orina y uretra hacia craneoventral. Ambos cuernos uterinos se observaban levemente distendidos, de paredes irregulares, con contenido hipoatenuante. Ambos ovarios mostraban varias lesiones quísticas. 

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Figura 4

Imágenes de TC de abdomen en ventana de tejidos blandos tras la administración de contraste intravenoso. (A) Plano sagital. (B) Plano dorsal. (C) Plano axial. Se observa la vagina marcadamente distendida desde el vestíbulo vaginal hasta el nivel del cuello uterino, con fluido en su luz (flechas rojas). Se observa en su luz una estructura con contenido hipoatenuante, con halo asimétrico e hiperatenuante (flechas blancas). Obsérvese cómo la masa provoca un desplazamiento y compresión del colon descendente y recto hacia dorsal (flechas amarillas) y de la vejiga de la orina y uretra hacia craneoventral y lado derecho (flechas azules). La masa protruye caudalmente sobre la región perineal, de manera bilateral (flechas verdes)

Los hallazgos fueron compatibles con una distensión vaginal marcada con una estructura intraluminal cavitaria compatible con un piocolpos/hidrocolpos secundario a un himen imperforado.

La palpación vaginal y la vaginoscopia mostraron un vestíbulo vaginal ciego sin una abertura en la vagina compatible con himen imperforado.

La laparotomía exploratoria confirmó una distensión severa de la vagina con líquido de color marrón, asociada a una masa que protruía sobre el cuello del útero. El contenido de la vagina fue aspirado. La vagina se disecó hasta el aspecto craneal del canal pélvico y se realizó la ovariohisterectomía (Fig. 5). La citología del líquido fue compatible con un exudado séptico confirmándose la existencia de piocolpos. El estudio histopatológico de la vagina confirmó la presencia de un fibroleiomioma.

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Figura 5

Imágenes intraquirúrgicas. (A) Contenido del interior de la vagina. (B) Se observa la vagina con el fibroleiomioma vaginal. (C) El cuello del útero y ambos cuernos uterinos se muestran distendidos con fluido.

 

Actualmente, la paciente no muestra recidiva de la lesión abdominal ni complicaciones postquirúrgicas.

Comentario

Las anomalías congénitas del tracto reproductor femenino están reportadas en el 0,02-0,05 % de la población canina.1 Durante el desarrollo embrionario, un defecto en la fusión de los conductos paramesonéfricos caudales con el seno urogenital genera una obstrucción entre la vagina y el vestíbulo, justo craneal a la abertura de la uretra, dando lugar a un himen imperforado o himen persistente.1 Si el flujo de salida vaginal está completamente obstruido, la acumulación de secreciones vaginales normales provocará su distensión, denominándose hidrocolpos. Estas secreciones pueden contaminarse, lo que se denomina piocolpos, o presentar sangre, que recibe el nombre de hematocolpos.1-3 La edad no es un factor determinante, siendo más frecuente en perras jóvenes que de edad adulta.2

Las posibles etiologías de los hidrocolpos/piocolpos/hematocolpos incluyen el himen imperforado, la estenosis vestibulovaginal o una masa intraluminal que obstruye la salida de líquido de la vagina.4

En perras con himen imperforado están descritos antecedentes de infertilidad, dilatación ureteral, hidronefrosis o signos clínicos secundarios a la dilatación vaginal, incluyendo disuria, disquecia y distensión abdominal.1,2

En nuestro caso, la ecografía abdominal descartó la presencia de hernia perineal u otras causas de inflamación perineal, como una infección. Una neoplasia parecía menos probable en base a la aparición aguda de la lesión. La tomografía computarizada delimitó y caracterizó la masa, confirmándose un origen vaginal. Según el conocimiento de los autores, en veterinaria solo hay un caso descrito mediante TC de hidrocolpos secundario a himen imperforado.1

El diagnóstico del himen persistente puede ser realizado mediante la visualización del mismo por vaginoscopia.5 La vaginouretrocistografía retrógrada es una técnica de imagen que complementaría su diagnóstico, evidenciando un vestíbulo ciego sin una abertura en la vagina,5 no habiendo sido realizada en el presente caso.

Se puede concluir, en base al conocimiento de los autores, que en la literatura no existe descrita la coexistencia de un fibroleiomioma con piocolpos secundario a himen imperforado, siendo su presentación poco común en perras adultas.

 

Fuente de financiación: este trabajo no se ha realizado con fondos comerciales, públicos o del sector privado.

Conflicto de intereses: los autores declaran que no existe conflicto de intereses.

Bibliografía

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