Anestesia en perros braquicefálicos
Anaesthesia in brachycephalics dogs
Contacto: mriscolopez@hotmail.com
Resumen
Los procedimientos anestésicos son momentos críticos para cualquier raza, y en los braquicéfalos los riesgos a lo largo de la anestesia son más altos. Este hecho genera para muchos veterinarios una carga añadida de estrés. Los perros braquicéfalos pueden presentar diferentes grados de anomalías anatómicas, que interfieren con la respiración, así como estimulan síntomas digestivos, poniendo en peligro la termorregulación. En este grupo de pacientes tenemos que llevar a cabo un estricto control durante toda la anestesia, pero prestando especial atención a las fases de inducción y recuperación, porque en este momento es cuando pueden surgir los problemas principales. Además de eso, tenemos que ser conscientes del grado de estrés sufrido por el paciente braquicefálico, porque esto podría desencadenar una insuficiencia respiratoria fatal en cualquier momento.
Palabras clave: Anestesia, Braquicéfalos, Estrés, Respiración, Manejo, Protocolos.
Summary
All anaesthetic procedures are critical moments for any breed, but the risks throughout anaesthesia are higher in brachycephalic dogs. This fact generates an added load of stress for many vets. Brachycephalic dogs may present different degrees of anatomical abnormalities that interfere breathing, stimulate digestive symptoms and jeopardize thermoregulation. In this group of patients we have to undertake a strict control during all the anaesthesia, paying special attention to the induction and recovery phases, because the main problems may arise in these moments. On top of that, we have to be aware of the degree of stress suffered by the brachycephalic patient because this could trigger a fatal respiratory insufficiency at any moment.
Keywords: Anaesthesia, Brachycephalic, Stress, Breathing, Handling, Protocols.
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Introducción
El síndrome braquicefálico (BAS o BAOS de las siglas en inglés “Brachycephalic Airway Syndrome” o “Brachycephalic Airway Obstructive Syndrome”, respectivamente) consiste en una serie de anomalías de las vías respiratorias altas que, en mayor o menor medida, producen obstrucción aérea.1,2 Estas anomalías se deben a un defecto congénito en el desarrollo de los huesos de la cabeza.1,2 Las razas que lo presentan son: Pequinés, Lhasa Apso, Shih-Tzu, Cavalier King Charles,3 Bulldog Francés e Inglés, Carlino, Bóxer y Boston Terrier.1 Se ha descrito también en gatos de razas Persa, Himalaya y Exótico.4
Hasta no hace mucho se consideraban como anomalías del síndrome braquicefálico la estenosis nasal (Fig. 1), el alargamiento del paladar blando (Fig. 2) y la hipoplasia traqueal1,5 (Fig. 3); sin embargo, en otros artículos6,7 la hipoplasia traqueal no se considera como parte del BAS.
Figura 1
Estenosis nasal.
Figura 2
Paladar elongado.
Figura 3
Radiografía lateral del cuello y tórax. Se observa una hipoplasia de tráquea.
Actualmente se han descrito otras alteraciones que hacen de este síndrome un problema mucho más complejo, como son la estenosis del vestíbulo nasal (apreciable vía endoscópica); la presencia de cornetes nasales displásicos, aberrantes o hiperplásicos; el paladar blando engrosado; la macroglosia; la laringomalacia (observada en Carlinos)8 y la hipoplasia de bullas timpánicas y efusión de oído medio.9 Cabe destacar que aunque estas alteraciones son muy frecuentes, no todos los individuos de estas razas las presentan todas, e incluso puede haber braquicéfalos que no tengan ninguna.
El aumento del esfuerzo inspiratorio y de la resistencia al paso del aire provoca un incremento de las turbulencias y de la presión negativa, que acaba produciendo edema e inflamación de la mucosa.3,10-19 Posteriormente se produce eversión de los sáculos laríngeos y debilidad de los cartílagos de la laringe, que termina colapsándose, obstruyendo aún más la entrada del aire.3,6,10,12,16,17,19-21 Otra consecuencia de este síndrome viene dada por la mala ventilación pulmonar, que desencadena hipoxemia crónica. La hipoxia produce vasoconstricción pulmonar e hipertensión pulmonar que desemboca en cor pulmonale y edema de pulmón.21 Además de las consecuencias respiratorias los defectos del BAS suelen provocar síntomas digestivos,20,22-24 comprometen la termorregulación8 y aumentan el tono parasimpático.25
Todas estas alteraciones hacen que sea muy importante evitar el estrés26 del manejo, ya que siempre agravará las consecuencias de este síndrome, llegando en algunos casos a ser fatal. Por ello se hace imprescindible un manejo cuidadoso desde la entrada en la clínica hasta la salida, prestando especial atención a los períodos de premedicación-inducción y al de recuperación, ya que son aquellos en los que existe un mayor riesgo.27 Para reducir al mínimo los riesgos anestésicos, debemos planear cualquier anestesia de forma que podamos prevenir y/o corregir las complicaciones que se nos pudieran plantear durante el período perianestésico.
Los factores que juegan un papel importante en el riesgo anestésico, y las particularidades que hemos de tener en cuenta en los perros de razas braquicéfalas son:
- El propio paciente.
- Tipo de intervención.
- Formación y experiencia del personal.
- Protocolos y técnicas anestésicas.
- Estrés.
Paciente
La evaluación preanestésica debe incluir una historia y examen físico completos, junto con hemograma, un panel básico de bioquímica, electrocardiograma y radiografía de tórax.
Historia clínica
Hemos de preguntar acerca de la presencia de convulsiones, alteraciones respiratorias o digestivas previas, así como si toma o ha tomado alguna medicación en las últimas semanas. Muchos de estos pacientes presentan frecuentes cuadros de alergia, que hace que puedan estar tomando corticoides o ciclosporina.
Examen físico completo
Haremos hincapié en el patrón respiratorio y la detección de ruidos respiratorios anómalos. La presencia de éstos nos sirve también para valorar su despertar y la respuesta al tratamiento (sobre todo tras cirugías de corrección del síndrome braquicefálico).
Hemograma y bioquímicas
Es recomendable realizar un panel básico con hemograma y urea, alanina aminotransferasa (ALT), glucosa y proteínas totales, que se amplía en función de cada paciente. Muchos presentan aumentos de ALT (sin otras alteraciones de analíticas hepáticas), que suele resolverse si se corrigen las alteraciones respiratorias. Podría estar relacionada con la hipoxia crónica asociada al síndrome braquicefálico.
Electrocardiograma
En estos pacientes es frecuente observar arritmias asociadas al elevado tono parasimpático como las arritmias sinusales, bloqueos sinusales o bloqueos A-V de 1er grado. Todas ellas son atropina positiva. También es frecuente encontrar T elevadas, posiblemente por hipoxia. En algunos pacientes con hipoxia más marcada o con alteraciones cardíacas (por ejemplo, estenosis pulmonar) pueden aparecer extrasístoles, que deben monitorizarse durante todo el proceso y manejarse en función del riesgo que conlleven.
Radiografía de tórax
Permite diagnosticar la hipoplasia de tráquea (Fig. 3). También se realiza para detectar alteraciones pulmonares (edema de pulmón, neumonía por aspiración, etc.) o cardíacas.1 Además nos es útil a la hora de elegir el tamaño del tubo endotraqueal y así minimizar el riesgo a la hora de intubar.
Otras pruebas complementarias
Con la evaluación preanestésica clasificamos al paciente. Actualmente usamos la clasificación ASA “American Society of Anesthesiologists” (Tabla 1), para definir el riesgo anestésico determinado por el paciente.29
Tipo de intervención27
Es importante conocer las complicaciones más habituales asociadas a la técnica quirúrgica. Esto se hace especialmente relevante en cirugías correctoras de las vías respiratorias, tales como la rinoplastia o la estafilectomía, ya que en estos casos, el “daño quirúrgico” puede complicar la obstrucción respiratoria.
Formación y experiencia del personal a cargo25,27
Respecto al personal, debe estar familiarizado con este tipo de pacientes, mantener una supervisión constante con la finalidad de detectar cualquier problema y tener la experiencia y habilidad suficientes para actuar de inmediato.
Protocolos y técnicas anestésicas
No existe un protocolo válido para todos los braquicéfalos, se debe personalizar e individualizar para cada paciente, según el estado de éste y la intervención a realizar.
Premedicación (Tabla 2)
El objetivo de la premedicación en estas razas es conseguir sedación sin una marcada depresión respiratoria y reducir la aparición de vómitos. Se debe contar con un acceso venoso, aunque para ello no tenemos que aumentar el estado de ansiedad de nuestro paciente. Por eso hemos de valorar para cada uno de ellos la conveniencia de hacerlo bajo sedación.26
Dependiendo del procedimiento que vayamos a realizar, la premedicación puede variar. Es recomendable el uso de antieméticos (por ejemplo maropitant y metoclopramida) en pacientes que vomiten con facilidad, sobre todo si se someten a cirugía del paladar.
Los anticolinérgicos (atropina y glicopirrolato) nunca los usamos de rutina, sólo en caso de bradicardia severa durante la anestesia. Recordamos que están contraindicados si usamos alfa2-agonistas30 y si hay fiebre o cardiopatía severa.17,31
En el centro en el que trabajo administramos un antibiótico de amplio espectro y un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), aunque éste último no lo ponemos si tenemos previsto usar corticoides, como en la estafilectomía.
IM: Intramuscular, SC: subcutáneo, IV: endovenoso. Las dosis de fármacos IV determinarlas siempre a efecto
Tranquilizantes y analgésicos (Tabla 2)
Acepromacina
Puede usarse a dosis bajas y nos es útil como tranquilizante en pacientes con golpe de calor por su efecto vasodilatador periférico, que promueve la pérdida de temperatura. Como inconvenientes para estas razas tenemos que la relajación de la musculatura de la faringe que produce puede provocar obstrucción respiratoria, lo que hace que no sea un fármaco de primera elección.32
Benzodiacepinas
Su gran rango de seguridad las hacen útiles en pacientes frágiles y tranquilos. Como inconvenientes, tienen poco poder sedante en pacientes con buen estado general y además, pueden potenciar la excitación y hasta la agresividad.32
Alfa2-agonistas
Las más usadas son la medetomidina y la dexmedetomidina. Para nosotros, actualmente son la mejor opción en animales estables sin alteraciones cardiovasculares, ya que con dosis bajas proporcionan muy buena sedación y analgesia, además de ser reversibles. El inconveniente es que provocan depresión cardiovascular, que hemos de monitorizar, y la posible aparición de vómitos. Estos problemas, con dosis bajas rara vez se presentan.
Opiáceos
Presentan pocos inconvenientes en las dosis habituales, si bien en dosis altas producen bradicardia y depresión respiratoria.33 La elección depende del tipo de intervención, siendo los más usados por nosotros la metadona y el fentanilo. La metadona porque proporciona buena analgesia, podemos administrarla SC, IM o IV y tiene muy pocos efectos secundarios. El fentanilo lo utilizamos para potenciar la analgesia intraoperatoria, o en pacientes a los que les podemos poner una vía endovenosa sin sedación. La buprenorfina la usamos para procedimientos poco dolorosos. La morfina la hemos dejado de utilizar debido a sus efectos secundarios gastrointestinales34,35 y el aumento del estrés que esto supone, con lo que actualmente solo la usamos para infusiones continuas.
AINEs
En las razas braquicéfalas que tratamos utilizamos principalmente carprofeno y meloxicam; si bien, otros como por ejemplo robenacoxib o firocoxib también pueden usarse, ya que los estudios no demuestran diferencias remarcables de eficacia ni toxicidad.36 Recordamos que no hay que usarlos si pensamos usar corticoides (ver inducción anestésica).
Anestesia locorregional
Se recomienda el uso de anestésicos locales siempre que sea posible.
Inducción anestésica (Tabla 2)
Antes de la inducción debemos haber revisado el equipo anestésico, chequeando tanto el tubo endotraqueal como la bolsa reservorio, asegurándonos de que tengamos gases suficientes y de que no existan fugas en el circuito y máquina anestésicos. Los períodos de inducción y recuperación son los más peligrosos en los pacientes braquicefálicos por sus condicionamientos fisiopatológicos ya revisados al comienzo de este artículo, ya que es cuando se suelen presentar la mayoría de problemas con la anestesia.27 Es muy importante preoxigenar siempre antes de la inducción,12 ya que casi todos los fármacos que usaremos tienen un efecto depresor de la función respiratoria.
El tiempo entre la inducción y la intubación ha de ser lo más corto posible.20 En el momento de la intubación, es importante que sigamos las siguientes instrucciones:
- Hemos de ser cuidadosos, usando el tubo adecuado en función del tamaño traqueal en la radiografía. Es frecuente tener que usar tubos de menor calibre de lo esperado.
- Deberíamos ayudarnos de un laringoscopio y usar lidocaína local (sin adrenalina) para paralizar la laringe, ya que facilitará la intubación orotraqueal y permitirá que podamos mantener el tubo endotraqueal más tiempo durante la recuperación anestésica.
- Se ha descrito el uso de un tubo con mascarilla laríngea en perros de muy difícil intubación.37
- Debemos observar bien el paladar (valorar su longitud), tonsilas, abertura y movilidad laríngea, para detectar defectos a corregir (Vídeos 1 y 2).
- Para intubar podemos ayudarnos de un fiador o estilete.38
- Se deben auscultar los 2 hemitórax para verificar la correcta intubación.
- Si se moviliza el paciente, desconectar de la máquina de gases para evitar daños en la tráquea.
Los corticoides son muy útiles en estas razas y los usamos de forma rutinaria en la inducción cuando realizamos cirugía del paladar. Los más usados son metilprednisolona y la dexametasona.17,20,39,40 También pueden ser útiles en pacientes no sometidos a esta intervención pero en los que en el momento de la intubación, detectemos inflamación o edema de laringe.
Inductores
Se puede utilizar cualquier inductor, si bien a nuestro entender, algunos pueden ofrecer ventajas respecto a otros en estas razas. El más utilizado actualmente por nosotros es el propofol, ya que permite una rápida inducción y recuperación. La depresión respiratoria que puede provocar es poco frecuente, (con dosis bajas que solemos necesitar para estos pacientes), y más si dejamos 30-60” entre bolos.
Otro fármaco que está ganando popularidad es la alfaxalona, debido a que provoca poca depresión cardiovascular y puede ponerse IM (aunque supone un gran volumen). Al igual que el propofol puede producir apneas, que también se reducen si lo usamos intravenoso de manera lenta y dejando el tiempo suficiente entre bolos. La aparición de nerviosismo o mal despertar hace que no lo tengamos en nuestro caso como primera opción.41
La ketamina si bien da poca depresión cardiovascular, puede favorecer el laringoespasmo al no abolir el reflejo, lo cual, junto con el riesgo de provocar alucinaciones y mal despertar, la hace menos adecuada.41
El tiopental puede usarse, aunque no ofrece ventajas respecto al propofol (dado el abaratamiento de éste), y si hemos de repetir bolos enlentece la recuperación.
El etomidato estaría indicado en pacientes delicados a nivel cardiovascular. Como la ketamina y el alfaxan, puede producir nerviosismo al despertar.33
Fase de mantenimiento
Una recomendación en esta fase es que, sea cual sea el procedimiento a realizar, coloquemos al paciente con la cabeza y el tórax algo elevados respecto el abdomen para no dificultar la respiración, incluyendo una ligera inclinación de la mesa quirúrgica (posición de anti-Trendelemburg o de Trendelemburg invertida).
En el mantenimiento en estas razas podemos usar anestesia inhalatoria, con isofluorano o sevofluorano. Éstos producen un despertar rápido. Como efecto negativo, deprimen la respiración.33
Si nos ayudamos de infusiones continuas de analgésicos, como fentanilo, morfina-lidocaína-ketamina (MLK), fentanilo-lidocaína-ketamina (FLK) o similares, podemos reducir sustancialmente la cantidad de agente anestésico a usar, además de proporcionar una mejor cobertura analgésica (Tabla 3).
IC: Infusión continua; SSF: Suero Salino Fisiológico
Si bien al reducir la Concentración Alveolar Mínima (CAM) de gases, se esperaría una menor depresión cardiovascular, no está demostrado que las infusiones continuas proporcionen mayor estabilidad cardiovascular.42
Otra opción es realizar el mantenimiento con anestésicos inyectables (Anestesia IV Total o TIVA), usando propofol o alfaxalona como fármacos más seguros en estos pacientes, recordando que son razas en las que se hace imprescindible la aportación de oxígeno, con lo que deben estar intubados y proporcionarles oxígeno usemos anestesia inhalatoria para el mantenimiento o no. Esto va reducir al mínimo la aparición de complicaciones y poder así realizar una ventilación adecuada en caso de apnea. Hay estudios que comparan estos dos fármacos con respecto a la calidad de anestesia, estabilidad cardiovascular y efecto sobre los neonatos (en el caso de cesáreas), apreciándose pocas diferencia entre ellos.43
Monitorización
Se hace imprescindible una buena monitorización en cualquier anestesia, pero especialmente en braquicéfalos, ya que es lo único que nos puede permitir detectar problemas una vez tenemos al paciente anestesiado.
Es muy valioso el control de la capnografía y la pulsioximetría para la monitorización respiratoria, así como el electrocardiográfico constante dada la tendencia a bradicardias en estos perros.
Además, hemos de remarcar la importancia del control y mantenimiento de la temperatura (mediante mantas térmicas u otro tipo de sistemas), ya que la hipotermia está vinculada a un aumento de complicaciones perianestésicas. No es infrecuente que en épocas calurosas tiendan a la hipertermia, sobre todo si tienen mal despertar o en instalaciones mal ventiladas.
Período de recuperación
Esta es una fase crítica en el manejo anestésico. En un estudio se cuantificó que el 47% de la mortalidad anestésica en perros se producía en el período de recuperación,44 siendo probablemente más alta en razas braquicefálicas.
- Durante esta fase tienden a regurgitar, por lo que mantenemos el tubo endotraqueal hasta que degluten de manera repetida para evitar una neumonía por aspiración.14
- Antes de extubar, inspeccionar y limpiar bien la laringe por si quedan restos de sangre (en caso de cirugía de la cavidad oral o vías respiratorias altas, p.ej.: estafilectomía) o mucosidad.
- Retrasar la extubación hasta que recuperen claramente el reflejo deglutor (Fig. 4).
Figura 4
Recuperación (fase inicial pre-extubación).
- Tener todo preparado para reintubar rápidamente en caso de que fuera necesario.
- Controlar la temperatura, inicialmente cada 5-10 minutos, hasta que estén normotérmicos. Si son capaces de mantener su temperatura, los controles serán con menos frecuencia, siempre y cuando no exista disnea.
- Si hay hipotermia, administrar calor hasta que la temperatura alcance los 37,5ºC.
- Controlar color de mucosas, TRC y frecuencias cardiaca y respiratoria.
- Colocar al paciente en postura esternal, con la cabeza algo elevada y la lengua extendida (Fig. 5).
Figura 5
Recuperación post-extubación.
- Es útil la utilización de un posicionador de arena o una toalla bajo el mentón (Vídeos 3 y 4), o bien mantener la boca abierta con abrebocas o una venda que sujete el maxilar por debajo de los caninos superiores.26
- No presionar el cuello ni la base de la lengua.
- Sedar si están muy intranquilos: suelen funcionar bien dosis bajas de alfa2-agonistas, benzodiacepinas o acepromacina.17,39 Dado que en esta fase mantienen la vía endovenosa, poner el sedante en pequeños bolos a efecto, porque no es infrecuente que dosis menores sean suficientes para mantenerlos tranquilos.
- Si hay sospecha de edema laríngeo administrar corticoides y/o furosemida.
- Mantener vigilancia en todo momento hasta que estén totalmente conscientes y estables.
- Administrar oxigenoterapia si es necesario.39
- Es conveniente que realicen ayuno de 12-24 horas postcirugía de paladar.39,43
Estrés26
Como hemos explicado antes, es importantísimo en estas razas reducir el estrés al máximo, ya que aumenta la dificultad respiratoria, lo que puede acabar provocando un estado de ansiedad extremo con alto riesgo de colapso. Por eso enumeramos una serie de medidas para reducirlo:
- Conocer el temperamento de nuestro paciente.
- Es muy beneficioso en la mayoría de ellos que permanezcan con el propietario hasta que la sedación haga efecto.
- Actuar siempre de manera delicada.
- Todas las instalaciones en las que estará el paciente, en especial la zona de recuperación, deben ser acogedoras y tranquilas.
- Evitar en lo posible los collares isabelinos, como mínimo en la primera fase de la recuperación.
- Si es necesario, sedar antes de realizar cualquier procedimiento estresante.
- Mantener un control adecuado del dolor.
Conclusión
Existen a día de hoy muchas opciones de fármacos para este tipo de pacientes, pero lo más importante es evitar al máximo el estrés, manejándolos con mucho mimo desde la entrada en la clínica hasta su salida, y adecuar el protocolo anestésico individualmente a cada caso.
Fuente de financiación: Este trabajo no se realizó con fondos comerciales, públicos o del sector privado.
Conflicto de intereses: El autor declara que no existe conflicto de intereses en los datos publicados.
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